https://www.lasexta.com/tecnologia-tecnoxplora/ciencia/divulgacion/que-humanos-mas-altos-mueren-tan-pronto_2017030758c2acae0cf264516caa3492.html
Neil Fingleton era famoso por ser “el gigante” de ‘Juego de Tronos’, entre otras apariciones en las pantallas, además de por ser la persona más alta de Europa. Falleció con tan sólo 36 años, un acontecimiento que no es nada extraordinario ya que, por ejemplo, la persona más alta del mundo murió con 22.
La altura excesiva está relacionada con una menor longevidad, tal y como recogió un estudio de ‘Plos One’ de 2014. Y es que, según el libro Guinness, en el ‘top ten’ registrado de las diez personas con mayor altura el que más vivió únicamente llegó a los 56 años de vida.
Los mayores especies de mamíferos tienen una gran esperanza de vida: un elefante puede llegar a vivir casi ochenta años, mientras que una ballena puede superar el siglo de vida en algunos casos. ¿Qué le pasa a los humanos que pulverizan la estatura media?
La importancia del estilo de vida y la alimentación
Bradley Elliott, un investigador de la universidad de Westminster, profundiza en esta reducción de longevidad de los “gigantes” y ha realizado una curiosa comparación en una tribuna en ‘The conversation’. En ella sostiene que la genética y la crianza son los dos grandes factores que determinan los fallecimientos y, además, cree que ambos están relacionados.
Elliott cita varias investigaciones con animales que afirman que la reducción de la ingesta de calorías se relaciona con una mayor longevidad. Hay evidencias en estudios con ratones o monos, entre otras especies, de que la restricción de alimentos funciona para aumentar la edad vivida.
El autor sostiene que el racionamiento en algunas épocas con menor disponibilidad de alimentos influye en que nazcan personas con menor altura. Y hila esta teoría con un estudio de ‘Plos One’ afirma que las personas más bajitas viven más… Bien, hablemos también de genética.
El factor genético
La “altura familiar” se transmite a través de los genes, aunque es el gen FOXO3 el que tiene una variación común asociada con la longevidad, un asunto que ya ha sido estudiado en humanos centenarios.
Este gen contribuye a la activación de las células madre y controla la eficacia de la insulina y otros factores de crecimiento que son fundamentales en la percepción de la cantidad de energía que el cuerpo tiene.
Elliott afirma que esta variación genética podría contribuir a esa conexión hipotética entre longevidad, altura, estilo de vida e ingesta de calorías. Y que podría explicar muertes tan prematuras como la de “Mag el Poderoso”, que es como se llamaba el personaje de Neil Fingleton en ‘Juego de Tronos’.
Neil Fingleton era famoso por ser “el gigante” de ‘Juego de Tronos’, entre otras apariciones en las pantallas, además de por ser la persona más alta de Europa. Falleció con tan sólo 36 años, un acontecimiento que no es nada extraordinario ya que, por ejemplo, la persona más alta del mundo murió con 22.
La altura excesiva está relacionada con una menor longevidad, tal y como recogió un estudio de ‘Plos One’ de 2014. Y es que, según el libro Guinness, en el ‘top ten’ registrado de las diez personas con mayor altura el que más vivió únicamente llegó a los 56 años de vida.
Los mayores especies de mamíferos tienen una gran esperanza de vida: un elefante puede llegar a vivir casi ochenta años, mientras que una ballena puede superar el siglo de vida en algunos casos. ¿Qué le pasa a los humanos que pulverizan la estatura media?
La importancia del estilo de vida y la alimentación
Bradley Elliott, un investigador de la universidad de Westminster, profundiza en esta reducción de longevidad de los “gigantes” y ha realizado una curiosa comparación en una tribuna en ‘The conversation’. En ella sostiene que la genética y la crianza son los dos grandes factores que determinan los fallecimientos y, además, cree que ambos están relacionados.
Elliott cita varias investigaciones con animales que afirman que la reducción de la ingesta de calorías se relaciona con una mayor longevidad. Hay evidencias en estudios con ratones o monos, entre otras especies, de que la restricción de alimentos funciona para aumentar la edad vivida.
El autor sostiene que el racionamiento en algunas épocas con menor disponibilidad de alimentos influye en que nazcan personas con menor altura. Y hila esta teoría con un estudio de ‘Plos One’ afirma que las personas más bajitas viven más… Bien, hablemos también de genética.
El factor genético
La “altura familiar” se transmite a través de los genes, aunque es el gen FOXO3 el que tiene una variación común asociada con la longevidad, un asunto que ya ha sido estudiado en humanos centenarios.
Este gen contribuye a la activación de las células madre y controla la eficacia de la insulina y otros factores de crecimiento que son fundamentales en la percepción de la cantidad de energía que el cuerpo tiene.
Elliott afirma que esta variación genética podría contribuir a esa conexión hipotética entre longevidad, altura, estilo de vida e ingesta de calorías. Y que podría explicar muertes tan prematuras como la de “Mag el Poderoso”, que es como se llamaba el personaje de Neil Fingleton en ‘Juego de Tronos’.